9.3.18

8 de marzo de 018

Ayer alegría de la buena. Por la mañana en la cama leyendo Papi de Rita Indiana, genia, me hizo darme cuenta de que nunca antes había leído en un libro una escena en que una ninia muy pequeña siente deseo sexual por una mujer mayor (la novia de su papi) dándole vuelta a miles de relatos que suceden exactamente a la inversa en género y edad. Al mediodía en una casa llena de mujeres en la que comer y tomar fuerza. A la tarde hacer pancartas locas a la puerta de la Ingobernable con las euracas. Y luego marchar "por donde van los coches" (como Lena nos recordó) y no caber. No se cabe. Lento por el paseo del prado. La emoción de entrar a Gran Vía juntas. La emoción de la variedad infinita de formas de ser mujer (y mujer no) en este mundo (qué interesante que está la femineidad si la comparas con la masculinidad de la misma época). La emoción de aprender de una banda de chicas una canción muy linda, que decía: poder poder poder popular / luchar con su compañera (eco) / ¿le gusta a usted le gusta a usted? (eco) / y ahora que estamos juntas (eco) / y ahora que sí nos ven (eco) / abajo el patriarcado / se va a caer se va a caer / y arriba el feminismo / que va a vencer que va a vencer. Ea, que quiere decir, Expect Us, que quiere decir,  Nos esperen.

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